Desde la Lista 1 Nueva DC tenemos un diagnóstico claro: estamos frente a una crisis del partido. Una crisis que se expresa en magros y decrecientes resultados electorales, pero que tiene su origen (al menos en parte) en la incapacidad para actualizar nuestro ideario político-doctrinario; generar nuevos y potentes liderazgos; asimilar los crecientes cambios en nuestra forma de vivir y relacionarnos, incluyendo la influencia y efectos de las tecnologías de la información o el cambio climático; o su advenimiento en una máquina de poder y de repartición de cargos.
Tenemos la convicción de que la base de representación partidaria debe exceder a la lógica que domina a los lotes y facciones históricas vigentes en el partido. Los nuevos liderazgos deberán ante todo surgir, expresar y liderar humilde y testimonialmente al partido desde los territorios, los barrios, las comunas, el activismo comunitario en sus diversas expresiones y el sentido común ciudadano: debemos volver al territorio.
La invitación que hacemos entonces es a ser partícipes de este renacer y refundación de la DC, pero buscando respuestas y horizontes de acción política más allá de la DC.
A sumar a todas las voces y miradas de la sociedad civil, organizaciones sociales, ambientalistas, feministas, pymes, emprendedores, pueblos originarios, trabajadores, entre muchas otras expresiones de la sociedad, para avanzar todos juntos ahora hacia una verdadera y anhelada revolución de la dignidad.
Hacia una nueva DC que no sólo encarne los mejores valores y virtudes de sus fundadores. Que no sólo sepa revalidar y mantener los grandes logros alcanzados en pasados gobiernos y gestión demócrata cristiana. Sino que sepa influir y luchar por eliminar las crecientes brechas y desigualdad de trato que el desarrollo económico reciente ha ido produciendo o perpetuando.